10 de septiembre de 2011

El Fuego de San Telmo

Apenas unos días antes de dar comienzo al nuevo curso escolar, cumplo una de mis promesas del final de curso pasado, cuando en uno de los debates en clase de 1º Bachillerato surgió el tema del Fuego de San Telmo. Sirva por tanto esta nueva entrada para cumplir aquella vieja promesa y para dar comienzo a un nuevo curso escolar en nuestro blog. De corazón os deseo a todos los alumnos lectores mucho éxito en este nuevo curso.
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La atmósfera experimenta movimientos debidos a la energía solar, por variaciones en la temperatura, presión y humedad, originando los fenómenos atmosféricos: viento, nubes y precipitaciones. La meteorología estudia los componentes y los fenómenos que existen en la atmósfera, la envoltura gaseosa que rodea nuestro planeta. Comprender los mecanismos que determinan esta masa de aire y predecir el tiempo que va a hacer supone una importante ayuda para la población. Estas previsiones se emplean en aspectos como la agricultura y para evitar grandes desastres. Los fenómenos de origen atmosférico se denominan meteoros y se clasifican por su diversidad en climáticos, ópticos y eléctricos. Entre los primeros se distinguen los térmicos, los acuosos y los aéreos. En el segundo grupo, el principal es el arco iris. Y dentro del tercero destacan el rayo y el Fuego de San Telmo.


El fuego de San Telmo o Santelmo es un meteoro ígneo consistente en una descarga de efecto corona electroluminiscente provocada por la ionización del aire dentro del fuerte campo eléctrico que originan las tormentas eléctricas. Aunque se le llama «fuego», es en realidad un plasma de baja densidad y relativamente baja temperatura provocado por una enorme diferencia de potencial eléctrico atmosférica que sobrepasa el valor de ruptura dieléctrica del aire, en torno a 3 MV/m.

En pocas palabras, se trata de descargas de corriente estática, generadas por los intensos campos eléctricos que se dan en el interior de las tormentas eléctricas. Estas descargas toman la forma de rayos o chispas de color blanco-azulado, producidas por la ionización del aire entorno a zonas puntiagudas del avión (generalmente), como el cono de morro o las puntas de los planos.

Fuego de San Telmo en el parabrisas de un Airbus 320
Esta particular luminiscencia también ocurre frecuentemente en navíos antiguos y, en menor proporción, en barcos actuales, tras haber cursado bajo una tormenta eléctrica, siendo el brillo de los mástiles y el aura brillante que comúnmente rodea al barco y que logra hacerlo visible a kilómetros de distancia lo que ha asombrado a los hombres de mar desde tiempos inmemoriales.

Como es lógico, la falta de comprensión del fenómeno hizo que a través de las época se le atribuyeran distintas causas: muchos romanos, quienes nombraban al fenómeno como Corpusants -cuerpos santos-, creían que éste era un hechizo protector de Poseidón para protegerlos de la ira de Júpiter -el Dios del trueno-. No obstante el nombre actual proviene del Cristianismo, nombrándose en honor a San Telmo, patrono de los marineros, ya que comentaban que éste era en realidad una protección contra la tormenta ofrecida por el santo. Sería gracias a Benjamín Franklin y su investigación sobre el tema que el suceso comienza a ser visto como un fenómeno eléctrico.

Vemos para terminar, un breve vídeo en el que podemos observar el fenómeno, desde el cockpit de un Airbus 319.



2 comentarios:

valentin 4º dijo...

2 cosillas...

1. El cockpit deber ser la cabina de mandos ¿no?

2. El fuego,¿puede suponer, por pequeño que sea, un problema para la conducción del avión?

José Luis Bueno dijo...

Efectivamente, Valentín, el cockpit es la cabina de vuelo, pero en el argot aeronáutico se le llama así.

El Fuego de San Telmo no supone ningún problema para la gobernabilidad del avión, no afecta en absoluto. Sin embargo, suele ser una señal de carga eléctrica ionizante en el exterior, lo que suele suceder en presencia de tormentas importantes, que sí pueden afectar al vuelo, de ahí que se produzcan desviaciones tratando de evitar las zonas rojas que se observan en el radar meteorológico.

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